LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA | |
CUARTA PARTE: la década del '60 |
Después del apogeo de la historieta en la Argentina en las dos décadas anteriores y del "boom" de los últimos cuatro o cinco años, los ‘60 marcan , indudablemente, su primer síntoma de decadencia. No solamente fracasan económicamente revistas hechas "a pulmón" como las de Oesterheld ("Hora cero mensual", la última en sucumbir, cierra definitivamente sus puertas en 1963, con su N° 77 "Extra", mientras que la "Hora Cero Semanal" ya había desaparecido en 1959), sino también los verdaderos emporios económicos como los que sustentaban revistas del tipo de "Misterix" o "Rico Tipo". Entre
otras cosas, esto se debe a la llegada en forma masiva a la Argentina
de las revistas mexicanas (Editorial Novaro a la cabeza) a precios muy
bajos y con una mejor calidad de impresión, con las que el mercado nacional no puede competir. |
Otro de los factores desencadenantes de ésta crisis (y esta vez a nivel mundial) es la creación de la televisión, que a principios de los ‘60, en Argentina, ya estaba instalada en casi todos los hogares y era "la moda avasallante", que no dejaba tiempo para nada más y, como si fuera poco, era gratis. Pero a pesar de todo lo precedentemente indicado, en esta década habrá un auge de publicaciones con aventuras cómicas completas. Así, aparecerán revistas periódicas, generalmente con los nombres de distintos personajes. Editorial Mazzone publicaría las revistas "Piantadino", "Afanancio", "Batilio", "Capicúa" y "Fiaquini" (todas con personajes mencionados con anterioridad), además de "Cariseca" (éste personaje era una persona apacible que, si se la golpeaba en la nuca, se transformaba en una fiera). Por su parte, "Ediciones Torino" haría lo propio con "Nicolita y su pandilla", "La barra de Pascualín", "Barrabás", "El mago Fun-yi-to", "Soplete", "Planetín", "Historias Tangueras" (donde aparecería "Caburito", a quien vemos a la izquierda, de Goyo Mazzeo), "Pepinucho y Coliflor" (que eran personajes creados por Francisco Mazza), "Piratón Kid" (donde aparecería "Trinquete el grumete", de Violini) y "Búfalo Boy". Varias de las portadas de éstas revistas las podrá observar haciendo click aquí. Mientras tanto, la única editorial verdaderamente grande que subsiste a todos estos avatares es Columba, que mantiene sus publicaciones tradicionales con gran sacrificio y a costa de bajar su calidad de edición, además del importante hecho de no adquirir las técnicas modernas de las revistas llegadas de afuera, por razones obvias de mantenimiento de precios de tapa. El "truco" al que apela la editorial es el de reducir la periodicidad de su publicaciones, cediendo su paso las semanales a las quincenales o mensuales, y reemplazando las historietas continuadas por las aventuras "completas", sin el clásico "continuará" que obligaba a comprar el número siguiente. |
Un tercer factor de decadencia, pero esta vez en cuanto
a calidad artística, es la partida a Europa de los mejores dibujantes
argentinos y de los que habían llegado de Italia la década anterior, convocados
por editoriales italianas, francesas e inglesas, con mayores oportunidades
y mucho mejor pago. Y otros dibujantes pasan al campo publicitario.
A diferencia del resto del mundo, donde el género entra también en una
relativa crisis económica pero, por el contrario, empieza a revalorizarse
y a ser tenido en cuenta por los círculos literarios e intelectuales,
en Argentina, país que ha estado en la vanguardia, que ha hecho escuela,
continúa la desvalorización y desprestigio de la historieta por parte
de los demás sectores de la cultura, proceso que se ha mantenido hasta
nuestros días. Esta "pseudointelectualidad", sobre todo la relacionada
con la literatura, considera el género "bastardo", "infantil" (lo que
revela un profundo desconocimiento del mismo) y "marginal", indigno siquiera
de ser tenido en cuenta. Los pocos escritores que se acercan a la historieta,
y no por gusto sino por razones de dinero (como Conrado Nalé Roxlo, Roger
Plá, Vicente Barbieri) se ocultan detrás de seudónimos que tratan por
todos los medios de mantener en secreto.
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Dentro de este proceso de decadencia, ocurren algunos
hechos fundamentales en el país en el ámbito de la historieta argentina (la cual empieza a asumir el rol que, hasta el momento, había sido privativo de la literatura tradicional: ser testigo de su tiempo). En 1962,
para la segunda época de Misterix, Oesterheld crea junto con Alberto Breccia
el primer gran éxito de la famosa "dupla", otra de las obras maestras
del comic nacional: "Mort Cinder"
(imagen de la derecha), en la que, puede asegurarse, se desarrollaron los climas más
dramáticos presentados hasta entonces en la historieta mundial.
También de 1962, y de Oesterheld, sería la historieta “Marcianeros”, que trataba sobre una presunta colonización secreta del planeta Marte (en éste caso con dibujos de Solano López). Ese mismo año Hugo Pratt realizaría “Fort Wheeling”, un cómic situado en el Estados Unidos colonial, antes de marcharse definitivamente a Italia, donde crearía, años después, en 1967, el personaje que lo haría inmortal: "Corto Maltés". |
Es en 1962 cuando se produce la aparición, en un comercial de "Lanas San Andrés", de dos personajes fundamentales para los chicos, desde ese momento hasta hoy: "Anteojito" (dibujo de la izquierda) y "Antifaz", que tendrán poco después cada uno su propia revista y revolucionarán, de la mano de su creador, Manuel García Ferré, la historieta infantil: el dibujo animado, los programas televisivos para chicos y los métodos educativos de la Argentina. La mencionada "Revista Anteojito" aparecería en 1964, y en ella tendrían cabida, a lo largo de 37 años, diversos personajes dirigidos al público infantil. En 1963, en la revista Misterix, comenzó a publicarse la historieta "Precinto 56", con guion de Ray Collins y dibujos de José Muñoz, cuyo protagonista era el el sargento "Zero Galván". Ese mismo año Martín Schor hace un cortometraje sobre planchas del genial Alejandro del Prado (Calé), con su inigualable tira "Buenos Aires en camiseta", que mostraba cómo era la Argentina de los barrios rioplatenses. Lamentablemente Calé falleció ese mismo año en Buenos Aires, a los 38 años, sin llegar a ver terminado el corto con sus dibujos. En 1964 llega un intento fallido, por parte de la Editorial Dayca, de probar con el género de Superhéroes creados íntegramente en la Argentina: "Futureman" y "Bird-man", que fracasaron a pesar de que los textos estaban a cargo de H. G. Oesterheld y Eugenio Zoppi. Y ese mismo año se funda en Francia la "Sociedad de Estudios e Investigaciones de Literaturas Dibujadas". |
Pero, indudablemente el hecho más sobresaliente de la década lo constituye la creación de "Mafalda" (dibujo de la derecha). En 1963 Quino comienza a afianzarse como dibujante y publica su primer "libro", Mundo Quino, recopilación de los chistes sin palabras que habían aparecido en las revistas en las que él colaboraba, y dibuja una "tira" con una familia tipo: una madre, un padre (en cuyos rasgos ya reconocemos a los padres de Mafalda) y un nene, con la aparición esporádica de una hermanita (Mafalda), que crea para una campaña publicitaria que le encarga la línea de artículos electrodomésticos Mansfield, y que nunca se lleva a cabo. En 1964, Quino presenta las ocho tiras que tiene dibujadas para el suplemento de humor de la revista "Leoplán", que le publica sólo tres (click aquí para ver una de ellas), en las que Mafalda no aparece. Poco después el jefe de redacción de "Primera Plana" le pide a Quino una historieta diferente. Saca del cajón sus viejas tiras y dibuja unas cuantas nuevas, donde el nene desaparece y el protagónico queda a cargo de la hermanita. El 29 de septiembre de 1964 se publica la primera de ellas (click aquí); "Mafalda" acaba de nacer. Continúan publicándose dos tiras por semana, pero a principios de 1965, por diferencias de criterio, Quino se enoja con la gente de "Primera Plana" y se lleva a Mafalda, que diez días después reaparece, pero esta vez en "El Mundo", uno de los diarios con mayor circulación nacional. |
Mafalda comienza a hacerse famosa, al igual que otros personajes como "Felipe", "Manolito", "Susanita" y "Miguelito". En 1966 Mafalda ya se edita en varios periódicos del interior, y, para Navidad, aparece el primer libro de recopilaciones de las tiras, que se agota en dos días; Mafalda ya es un "boom". En diciembre de 1967 cierra el diario "El Mundo" y "Mafalda" deja de aparecer, justo cuando está por nacer su hermanito. Todo el país se lamenta, más que por el cierre del diario, por la "desaparición" de Mafalda, que en 1968, seis meses después, reaparece en la revista "Siete Días Ilustrados", uno de los semanarios más prestigiosos del país, con su hermanito, "Guille", ya nacido (imagen de la izquierda). |
En 1965 se celebra en Bordighera (Italia) el "Primer Congreso Internacional de Historieta". Un año después también en Italia, se lleva a cabo el primero de los hoy célebres "Congresos Internacionales de Lucca" (que desde hace un par de años se hacen en Roma) y se otorga por primera vez el famoso premio Yellow kid a la producción de comics. En el año 1966, Guerrero, Divito y Sídoli fundan Ediciones GDS y publican, desde Noviembre, la "Revista Lúpin". Entre las diversas tiras que aparecieron en la revista podemos mencionar a "Bicho y Gordi", "Saltapones", "Resorte y el Profe", "Manija" y “El gatito Juanchi” (todas de Héctor Sídoli, que firmaba generalmente como "Tito Sol"), "Piedrito y Saurito", "Al Feñique" (imagen de la derecha), "Lúpin, el piloto" y "Mosca Kid" (todas de Guillermo Guerrero), "Johnny Retruenos" y "Tuerquito y Gasolina" (ambas creaciones de Pedro Seguí), "Hercu Sansonacho" (con dibujos de Ferroni) y el anteriormente mencionado "Purapinta" (de Ianiro). |
Entre las revistas de humor gráfico surgidas en la segunda mitad de la década del '60 podemos considerar a "La Risa" (de editorial Quinterno), "Chistosis", "Histo Com", "Loco Lindo", "Hipotenusa" (dirigida por Luis Murray), "Vida Flor" (de Editorial Mazzone) y "Humorlandia". En 1966 se produce el debut, en el diario "La Nación", de la tira "Perro Mundo", de José Miguel Heredia. Estaba protagonizada por una sociedad canina que reflexionaba sobre los problemas de actualidad, al estilo de "Mafalda y sus amigos", y que era, también, un alegato contra ciertas actitudes humanas hacia los animales. En ella se destacarían, entre los diversos personajes, la perrita "Reina" y el perro "Poeta". Ese mismo año (1966) comienza a publicar en Argentina uno de los más prolíficos guionistas de historieta del mundo, Robin Wood, nacido en Paraguay pero formado en nuestro país. En 1967, en la revista "D'Artagnan", aparecería por primera vez uno de sus personajes más famosos: "Nippur de Lagash" (izquierda), con dibujos de Lucho Olivera. Esa tira alcanzaría casi 450 episodios, y se publicaría por 31 años. Además, a partir de ese personaje, el autor comenzaría toda una serie de historietas ambientadas en un pasado remoto. |
Robin Wood fue el autor de muchísimos personajes más para las diversas revistas de la Editorial Columba ("El Tony", "Fantasía", "D'Artagnan" e "Intervalo"), tanto es así que tuvo que inventarse distintos seudónimos ("Mateo Fussari", "Robert O'Neil", "Roberto Monti", "Carlos Ruiz", etc.) para que su nombre no se repitiera en el índice de cada revista. Las creaciones más importantes de Robin Wood en ésta década (además del mencionado Nippur) serían: "Dennis Martin", que era un espía dibujado por Lito Fernández (revista D'Artagnan, año 1967), "Big Norman" (imagen de la derecha), un detective privado, dibujado por Daniel Haupt, "Jackaroe", que era un cowboy bastante desaliñado y algo nostálgico, con dibujos de Gianni Dalfiume (revista "D'Artagnan", año 1968), y "Mi novia y yo" (protagonizada por "Tino Espinosa" y “Poppy Andersen"), una comedia costumbrista dibujada por Carlos Vogt (revista "Intervalo", desde 1968). Posteriormente llegarían más personajes, los cuales mencionaremos oportunamente. |
En 1966 se publican, en París-Match (Francia), los chistes sin palabras del humorista argentino Mordillo. Un año después, en el Museo de Louvre de París, se realiza la "Primera Exposición de la Historieta" ya que cuando los bohemios franceses descubren que las "bandes desinées" están emparentadas con el "pop-art", le abren puertas que hasta entonces habían permanecido cerradas.
Es en 1967 cuando Manuel García Ferré toma un personaje secundario de sus tiras de "Pi-Pío", y lo pone al frente de sus propias aventuras, primero en televisión (Canal 13) y después en la "revista Antifaz"; se trata de "Hijitus" (dibujo de la izquierda), personaje que se convertiría en un clásico del dibujo animado argentino, protagonizando "Las Aventuras de Súper Hijitus". Ese mismo año, José Luis Salinas dibuja, desde Buenos Aires y para el mundo, los últimos centenares de tiras del ya mítico "Cisco Kid", que la King Features interrumpirá al año siguiente, después de casi dos décadas de éxito. Otro hecho destacado de 1967 es que Enrique Rapela lanza la editorial Cielosur, y sus personajes gauchescos "El Huinca" y "Fabián Leyes" encabezaron sus respectivas publicaciones, en las cuales habían otras tiras, pero siempre con la misma temática, como ser "Lanza Seca" (de Roux) y "Mapuche" (de Almendro y Desilio). Mientras "Mafalda", de Quino, ya es internacional (click aquí), en 1968 se produce la aparición de otro de los futuros genios: Fontanarrosa, con sus primeros trabajos en "Boom", una revista de su Rosario natal. En tanto, no está demás señalar que, en esta década, cerradas muchas revistas, pero con el prestigio remanente de la Edad de Oro, muchos dibujantes se dedicaron a la docencia. |
En 1968 se produce el estreno de la revista propia del padrino de Patoruzú, o sea de "Isidoro Cañones" (imagen de la derecha), "Locuras de Isidoro", donde reaparecerán los personajes secundarios típicos de la vida del play boy que ya había creado Dante Quinterno (su tío, el Coronel Urbano Cañones, su mayordomo "Manuel") y un nuevo personaje que se volverá tan famoso como el protagonista: su amiga y compañera de juergas: "Cachorra". Un hecho fundamental de 1968 fue la celebración de la "Primera Bienal Internacional de la Historieta", en el Instituto Di Tella (en Buenos Aires), en la que estuvieron presentes algunos de los más importantes creadores a nivel internacional. La Argentina es también una de las pioneras en este tema. Esta Bienal, por su magnitud, y sobre todo por la presencia de los "grandes", no sólo de la Argentina sino también de todas partes del mundo, atrae la atención de la gente del arte, la filosofía, la literatura, la semiótica, aunque no modifica sustancialmente su postura ante la historieta. A pesar de que la muestra no obtuvo en la práctica los logros que esperaban sus organizadores (servir de base para la fundación de un museo, hemeroteca y filmoteca de la historieta, para la organización de muestras personales, etc.) demostró que existían en nuestro país artistas de nivel internacional e hizo que los mismos fueran conocidos en círculos ajenos a la historieta. Además, una de sus consecuencias fue la aparición de la Revista "LD" (siglas de "Literatura Dibujada"), fundada por Oscar Masotta, que comienza a aparecer en noviembre de 1968 y que, aunque dura sólo tres números (hasta enero de 1969) se constituye en la primera revista que, además de publicar historietas, realiza ensayos, comentarios, homenajes y crítica del género. Como consecuencia indiscutible de la Bienal del Di Tella de 1968, se comienza a tomar "en serio" la historieta en los ámbitos intelectuales, aunque no por demasiado tiempo, ya que, pasado el furor, el desprestigio del género vuelve a hacerse sentir. |
Entre otras de las tiras aparecidas en ésta década, podemos citar a: "Sónoman", un superhéroe creado por Oswal (desde 1966 en la revista "Anteojito"); "Gilgamesh, el inmortal" (imagen de la izquierda), creado por Lucho Olivera en 1969 (y guionada sucesivamente por él mismo, por Sergio Mulko, por Robin Wood, por Ricardo Ferrari y por Alfredo Grassi), que era una historieta de ciencia ficción basada en una antigua leyenda sumeria; "Telompotodo", un japonesito tintorero y judoka super héroe anónimo, a cargo de Toño Gallo (en la revista "Capicúa"); "Martín Toro", con guiones de Sergio Almendro y dibujos de, inicialmente, Carlos Casalla y luego "Reler" (desde 1967, en la revista "El Tony"); "Alamo Jim", de Carlos Albiac y Carlos Casalla, que era un western de aventuras matizado con humor (desde 1970, en la revista "El Tony"); "Argón, el Justiciero", iniciada por Armando Fernández (en los guiones) y Sergio Mulko (con los dibujos), y luego fue continuada por Héctor Oesterheld (en los textos) y Enrique Villagrán (en los dibujos), y "Che" (por Oesterheld y Alberto y Enrique Breccia), que era la biografía en forma de historieta de Ernesto “Che” Guevara, la cual fue editada en 1968 en forma casi clandestina, y por eso fue casi inhallable hasta su reedición en libro, tres décadas después.
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En cuanto a lo político, el gobierno militar comienza
a hacer sentir su censura en la historieta y en el humor gráfico. En 1966
clausura Tía Vicenta porque hace chistes con los bigotes de Onganía y,
algo mucho menos cómico, comienza a desconfiar de los guiones "fantasiosos"
de Oesterheld y a recibir el mensaje subliminal que el guionista desarrolla
en sus escritos. En 1969, para la revista Gente, Oesterheld "aggiorna"
el guión de "El Eternauta", que esta vez dibuja Alberto Breccia,
y que no llega nunca a terminar de publicarse (la serie culminó abruptamente),
porque los ataques a la política son mucho menos sutiles y mucho más directos
que en su versión original, y por la incomprensión que generó en los lectores,
algunos de ellos nostálgicos de la primera versión. En el último año de la década (1970) se producen dos hechos dignos de mención: se produce el debut de "Juan y el preguntón" (dibujo de la derecha), de Alberto Bróccoli, en la revista "Siete Días", a la vez que se produce un hecho que entristece a todo el ámbito historietístico nacional: muere Divito, uno de los padres del género. |