LA HISTORIA DEL COMIC EN LA ARGENTINA | |
TERCERA PARTE: desde comienzos de la década del '50 hasta el final de la misma |
A principios de la década, el humor político
aparece en diversos personajes, como ser "Contreras"
(de Medrano), en la relanzada revista "PBT", y sobre todo con "Galerita"
(de Calé) y "Mordisquito"
(de Jorge Palacio), ambos en la revista "Pica Pica". Y es en esta
década donde se presenta el punto más alto de la historieta
argentina, ya sea por la diversidad de publicaciones, y el éxito
masivo de éstas, como por las distintas vertientes, estilos y
artistas que proliferaron. Incluso, comienza la exportación de
historietas argentinas.
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Así, en los años ‘50 se afianza ésta edad de
oro con la aparición de dos figuras fundamentales para la
historieta argentina, que comenzarán a destacarse en los primeros
años de la década, y que, de alguna manera, iniciarán lo que
después se conoció como "comic de autor": el guionista Héctor
Oesterheld, que comienza a publicar en Editorial Abril, y el
dibujante italiano recién llegado a la Argentina, Hugo Pratt. Es
en 1952, en la revista Misterix, donde aparece el primer personaje
importante de Oesterheld, "Bull
Rocket", una historieta dibujada, al principio, por Paul
Campani, y luego por otros dibujantes.
Por su parte, la dupla Héctor Oesterheld (en los guiones) y Hugo Pratt (en los dibujos) crearía varios personajes: aunque el primero sería "Ray Kitt" (imagen de la derecha, de 1951, en la revista "Cinemisterio"), el primer gran éxito recién lo alcanzarían en 1953 con "Sargento Kirk", en la revista "Misterix", que era una serie del Far West en la que el protagonista a veces perdía, los indios eran buenos, y en la que había muy pocos disparos; fue el primer antihéroe de Oesterheld, dotado de una inusual humanidad. |
En 1951 aparecería la revista "Pimpinela", de Editorial Codex, donde
principalmente se realizarían adaptaciones de clásicos de las
novelas de aventuras, aunque en la misma también se publicarían
tiras propias (como ser "Duval y Gordon", de
Wadel y Vieytes, y "Sabú",
de Roume y Wadel), y bastante material extranjero.
En el año 1953 apareció la revista "Dibujantes", con la participación de, entre otros, Juan Sagrera y Osvaldo Laino. Ese año llegaría también la revista "Avivato" (iniciada por Faruk y Billy Kerosene), con personajes como el gaucho y comisario "Don Belindo" (de Dobal), "Radragaz" y el deportista "Musculito" (ambos de Lino Palacio), "Vendetuti" (de Faruk), " Sonambestia" (de Garaycochea), "Otelo" (de Pedro Flores), “Camotito” (dibujo de la izquierda, de Francho), etc. Además, en estos temprano cincuenta ya brillan con luz propia, sumándose a las ya existentes, revistas como "Bucaneros", "Hazañas", “Poncho Negro”, “Sucesos”, y, un poco más tarde, desde 1954, "Tric y Trake", dirigida por Daloisio y Moretti, con nuevos personajes del primero. Entre los diversos personajes, a comienzos de la década llegarían un par de nuevos personajes de Lino Palacio: el suertudo "Tarrino" (en el diario "'Democracia") y la impetuosa "Doña Tremebunda" (en la revista "Para Ti"). En 1953 aparecerían "Perico y Guillermina" (de Solano López y Roger Plá). Por esos años llegaría "Tita Dinamita", tira que Campani dibujaba para la Argentina desde Italia, y era protagonizada por una erótica y avasallante chica que a veces aparecía censurada por los otros personajes. |
En 1953 se comenzaría a publicar, en la revista
"Misterix", una saga sobre un fuerte de frontera y los hombres que
la habitaban, "Fuerte Argentino", con guiones de
Julio Almada (Julio Portas) y dibujos de Walter Ciocca.
En la revista "Rayo Rojo" aparecieron, en 1955, dos importantes personajes como "El Indio Suárez", de Oesterheld y Freixas, y "Mark Cabot", de Alberto Ongaro y Carlos Vogt, además de la primera tira de la dupla Oesterheld - Solano López: "Uma-Uma". En esa revista se destacaría también el ya mencionado "Capicúa", de Mazzone, que con el tiempo llegaría a tener su propia revista. Por el año 1954 llegarían "El Conejo Fosforito", de Cammarota y Mordillo (en la revista "Peter Pan"), y "Don Cleptómano", de Mirco Repetto (en el diario "La Razón"). También en 1954 aparecería "Robert Ax, médico del siglo XXX", con textos de Grassi y dibujos de Clemen, una historieta considerada, por muchos estudiosos, como "la primera historieta argentina de ciencia ficción". Ya en 1957 aparecerían "Magolín" (imagen de la derecha), de Siulnas (en la revista "Humorón"), y "Vagonio", el cual sería el último personaje de Néstor González Fossat (en el diario La Razón). |
Desde 1957 aparecería la revista "D'Artagnan", la primera de las publicaciones
de "Editorial Columba" en presentar episodios autoconclusivos.
Ese mismo año Héctor Oesterheld y su hermano Jorge fundan la editorial Frontera. Sustentadas por el éxito de sus predecesoras, y por el afianzamiento de Oesterheld como guionista, a traves de esa editorial aparecen las revistas "Hora Cero" y "Frontera", donde el propio Héctor Oesterheld sería el autor de la mayoría de los guiones, estando rodeado de los mejores dibujantes del momento: un ya depurado Hugo Pratt, Alberto Breccia, Francisco Solano López (con quien haría, entre otros, al personaje de la izquierda, "Joe Zonda"), Arturo del Castillo, José Muñoz, Leo Durañona y Juan Giménez, nombres que harán que el comic no sea nunca más el de antes y que elevarán la historieta argentina al top que hoy ocupa a nivel mundial. |
Y es el año 1957 el que dará a nuestra
"literatura dibujada" el perfil que ha mantenido hasta la
actualidad, puesto que se comienzan a hacer cosas nuevas,
distintas de las que se hacen en el resto del mundo, con asuntos
más complejos y más humanos, que se apartan del modelo
norteamericano que se seguía hasta el momento. Fue así que, con
los guiones de Oesterheld (en compañía de diversos dibujantes), la
historieta de aventuras alcanzaría su grado de madurez más
elevado. Un ejemplo fueron otras dos populares tiras de Oesterheld
y Pratt, ambas de 1957: "Ernie Pike" (imagen de la
derecha), para "Hora Cero", inspirada en un verdadero corresponsal
de la Segunda Guerra Mundial, que aquí cumplía el rol de narrador
(en la guerra que se contaba desde Ernie Pike no había buenos ni
malos, todos eran víctimas); y "Ticonderoga", para la
revista "Frontera", ambientada en la guerra que mantuvieron
franceses e ingleses durante la Independencia de los Estados
Unidos.
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También en el año 1957 debutaría, en las páginas
de "Hora Cero" (en la aparecería hasta 1959), una historieta de
"ciencia ficción" destinada a convertirse en uno de los pilares
del comic universal: "El
Eternauta" (dibujo de la izquierda). Con los dibujos
de Francisco Solano López, llega a su cumbre el estilo narrativo
de Oesterheld, que deja de lado las clásicas divisiones que hacía
la historieta entre "héroes" y "villanos", "pistoleros" e
"indios", y comienza a incursionar en la creación de personajes no
tan "puros", héroes que tienen miedo, villanos queribles,
perdedores y marginados, hombres que luchan por encontrarse y,
sobre todo, por "el cambio de domicilio" de la aventura, que ubica
hechos, que hasta entonces habían sido privilegio de lugares
lejanos y exóticos, en sitios cotidianos. Otro de los aportes
incuestionables de Osterheld es el hecho de haber agregado a una
historieta que desde sus comienzos (dibujos de Caras y Caretas o
P.B.T.) fue testimonial, la característica de ser definitivamente
comprometida con la realidad. No es extraño encontrar en los
guiones (sean realistas, de aventuras o de ciencia ficción)
alusiones y críticas constantes a la realidad política del país
que se van haciendo cada vez más evidente con el correr de los
años.
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La producción de Héctor Oesterheld en éstos
últimos años de la década es impresionante. Además de las
historietas ya mencionadas realizaría las tiras "Rolo,
el marciano adoptivo" (para "Hora Cero"), "Rul de la
Luna" (para "Frontera) y "Amapola Negra"
(para "Hora Cero"), todas con dibujos de Francisco Solano López; "Cayena"
(para "Hora Cero"), con dibujos de Daniel Haupt; "Nahuel Barros" (del género gauchesco, para "Hora Cero Semanal")
y "Tipp Kenya" (para "Frontera"), ambas con dibujos de
Carlos Roume; "Randall,
the Killer", un western con dibujos de Del Castillo; "Patria
Vieja" (para "Hora Cero") con dibujos de Juan Arancio; "Verdugo
Ranch" (para "Hora Cero") con dibujos de Ivo Pavone; "Buster
Pike" (dibujo de la derecha, para "Hora Cero") con
dibujos de Julio Schiaffino, "Lucky Piedras"
(para "Hora Cero Mensual") con dibujos de Carlos Cruz, y varias
tiras más (con otros dibujantes).
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En esta década tan significativa se comienzan a
realizar los primeros intentos serios de "trasposición" en la
historieta argentina, o sea intertar una proyección o
interrelación entre la historieta y otros medios o lenguajes. Es
cierto que, como ya se mencionó, ya desde fines de la década del
‘20, Raúl Roux había adaptado algunas obras literarias famosas al
comic para "El Tony" ("Hansel y Gretel", el cuento de los hermanos
Grimm, fue la primera, en 1928, seguida por "Robinson Crusoe", "La
isla del tesoro" y "Simbad el marino"), así como José Luis Salinas
lo había hecho a lo largo de toda la década del ‘30 y del ‘40 (con
"Miguel Strogoff", "La Costa de Marfil", "El último de los
Mohicanos", etc.) a partir de sus publicaciones en las revistas
"El Hogar" o "Salgari" (ésta última siempre con adaptaciones de
obras de un solo autor, Emilio Salgari, que le daba título a la
publicación), pero éstos fueron intentos muy "primitivos",
antecedentes de los que mencionamos con la aparición de Intervalo,
y con el mismo estilo, que había impuesto por estos tiempos, en
Estados Unidos, Harold Foster, con "Tarzán" y "Príncipe Valiente".
Las "verdaderas adaptaciones", en cambio, son las que comienza a
realizar para esta época Alberto Breccia para la revista "Aventuras" (y que marcan el estilo que se
seguirá en adelante), auxiliadas por un aliado inesperado: el
humor.
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En 1958 "Oski" realizaría un libro de historia
con historietas, "Vera historia de Indias", y, en 1959, Fernando
Birri filmaría, sobre planchas humorísticas de este mismo autor
(Oski) la película "La primera fundación de Buenos Aires".
En Julio de 1958 llegaría la revista "Hora Cero Extra", de Editorial Frontera. En ella aparecerían tiras como “Spitfire” (de Héctor Oesterheld y Solano López), "Sherlock Time", una serie de ciencia ficción que inicia la fructífera colaboración de Oesterheld con otro gigante, Alberto Breccia, ya desde aquí renovando el género, "Pedro Pereyra, taxista" (izquierda), con textos de Jorge Mora y dibujos de Durañona, "Dr. Morgue" de Oesterheld y Breccia, “El gaucho Fatiga” de Crike, etc. Incluso aparecería, en el primer número, un episodio alternativo a la historia general de "El Eternauta". Además, se publicarían varios de los éxitos originales aparecidos en las otras revistas de la editorial Frontera, como ser, por ejemplo, "Doc Carson", de Oesterheld y Carlos Vogt. |
Con una temática completamente diferente, y
volviendo otra vez al año 1957, se funda otra de las revistas que
trazarán una senda a seguir: "Tía
Vicenta", publicación humorística dirigida por Juan Carlos
Colombres (Landrú), con un dibujo y un estilo desenfadado,
surrealista y transgresor, de comentarios de actualidad, sin tomar
partido por nadie, a la manera de la ya famosa "La Codorniz", que
venía apareciendo en España desde hacía algún tiempo. La revista "Tía Vicenta"
fue una sorpresa cotidiana, cambiando secciones y estilos, y hasta
cambiando la cubierta para parodiar a otras revistas de moda.
Entre los personajes de Landrú que aparecían en la revista "Tía
Vicenta" estaban "Rogelio, el hombre que razonaba
demasiado", "El señor Porcel" (derecha), y, más
adelante, "Babú el hámster". Hasta el año 1966
(cuando fue clausurada por el presidente Onganía) "Tía Vicenta"
brindó desopilantes ocurrencias con un formato bastante
revolucionario para su época: se usaron por primera vez los
fotomontajes y echó mano del humor absurdo que tenía éxito en
teatros de revistas para aplicarlo al tema de la política
argentina. En la revista "Tía Vicenta" colaboraron, entre otros,
Oski, Sábat, Garaycochea, Faruk,
Vilar, Raúl Damonte ("Copi"), Gila, Siulnas, Gius, Brascó, Quino y
María Elena Walsh.
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Cuando "Tía Vicenta" rompe el fuego y hace
tambalear el monopolio adulto que venía ostentando la historieta
"seria" hasta ese momento, comienzan a surgir otras publicaciones,
como por ejemplo "Dr.
Merengue", en la que César Bruto (guionista) y el humorista
cordobés Oscar Conti "Oski" (dibujante), encaran la adaptación de
la literatura a partir de la risa, resumiendo en dos o tres
páginas desopilantes los "intocables" modelos literarios: El Cid,
Don Quijote, obras de Shakespeare, Dumas, Stevenson, e, incluso,
las óperas de Verdi. Por otro lado, el mencionado "Copi" sería el
creador, por esos años, del personaje “Gastón, el perro
oligarca”, pero para el diario "Tribuna Popular", para
posteriormente radicarse en Francia (desde 1962), donde
desarrollaría su carrera, y crearía a su personaje más popular: "La
mujer sentada" (imagen de la izquierda).
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Nacido a principios de la década del ‘50 en las tiras del
diario La Razón, en 1957 recala en las ya tradicionales revistas
de Columba "El Cabo Savino"
(derecha), primero en El Tony, después en D'Artagnan y
finalmente en Fantasía. El Cabo Savino es el primer militar de
la historieta argentina y su autor, Carlos Cassalla, recrea con
el personaje el mundo desesperante y marginado del soldado del
fortín en las campañas al desierto reflejando a la perfección la
ambientación histórica, las armas, el paisaje, la ropa, etc. Uno
de los grandes temas que cuestiona Cassalla con esta historieta
es la legalidad sobre o de estas campañas al desierto. Con esta
misma temática gauchesca, podemos mencionar a "Lindor
Covas", de Walter Ciocca (publicada en el diario "La
Razón" desde 1954), y a las dos tiras de Enrique Rapela que
llegarían posteriormente: "El Huinca" (para la Editorial
Dante Quinterno) y "Fabián Leyes", que apareció
durante varios años en el diario La Prensa. |
Un capítulo aparte lo conforman las insuperables
"Chicas",
del dibujante "Divito", que formaron parte del imaginario
colectivo: objetos eróticos inalcanzables para los hombres e ideal
de belleza femenino no exento de envidia para las mujeres (click aquí para ver un dibujo). De todos
modos, vale destacar que, a ésta altura, el autor ya no era famoso
solamente por el dibujo de las curvas de sus personajes femeninos,
sino también por sus revistas "Rico
Tipo" y "El Doctor Merengue", en las que proponía una
renovación al humor y la historieta cómica argentina, retomando la
picaresca que no se practicaba desde hacía varias décadas.
En 1956, para la revista "La Nueva Cancha", Mariano de la Torre, crea, junta a Oscar Blotta (padre), "Cholula, loca por los cracks". El personaje alcanzaría el éxito a partir de 1958, ya en la revista "Canal TV", cuando se transforma en "Cholula, loca por los astros", ahora guionada por Juan Sagrera y dibujada por Toño Gallo, y se publicaría por 11 años. "Cholula" (imagen de la izquierda) se la pasaba persiguiendo a los famosos, para, por ejemplo, conseguir autógrafos, siendo capaz de montar guardia veinticuatro horas, con tal de ver en persona a su ídolo favorito. En 1958 aparecería el primer número de la revista “Patrulla”, con personajes como "Johnny Sebastian" (de Eisen y Casalla), "Cirilo el Argentino" (de Rapela), "Bob Fort" (de Castro), "Selton Ray" (de Solanas y Pavone), "Terry Winters" (de Aries y Cristóbal), etc. |
Por su parte, hacia 1960, dos nuevos personajes,
guionados por Ray Collins, llegarían a la revista Misterix: "Joe
Gatillo" (imagen de la derecha), creado por Da Mommio y
con dibujos de Carlos Vogt, y "Garrett,
el Montaraz", en éste caso con dibujos de Arturo del Castillo.
Todo lo referido está relacionado con la parte "artística" propiamente dicha. En cuanto al mercado, es importante destacar que en el final de la década existían en Argentina alrededor de 60 revistas de historietas (sin contar las extranjeras). Las revistas Argentinas vendían aproximadamente 1.300.000 ejemplares. Basten ejemplos como "Patoruzito", que llegó a una tirada de 300.000 ejemplares, y el hecho de que, de las 6 revistas más vendidas en Buenos Aires, 5 eran argentinas ("El Tony", "Intervalo", "D'Artagnan", "Patoruzito", "Patoruzú") y sólo una extranjera ("El Pato Donald"). En el último año de la década, en 1960, aparecería, con una frecuencia mensual, la revista infantil "Pepín Cascarón", de la editorial Dante Quinterno, y también, aunque por solamente 4 números, el semanario satírico mensual "4 Patas", con la dirección de Carlos del Peral. |